Jan Castillo
HISTORIAS REALES
Publicado 19 nov 2024
/
Por
Ona Canales
Jan Castillo es una de esas personas que de buenas a primeras dan una envidia terrible. Lo primero que se me viene a la cabeza, después de conocerlo, es una pregunta tan evidente como inevitablemente celosa: ¿cómo puede mantener una vida deportiva tan activa siendo un estudiante de tercero de medicina (que aprueba las asignaturas)?
Con 12 años empezó a correr algunos fines de semana por los caminos de Collsuspina, y hoy es todo un deportista de élite referente en la carrera de montaña. O trail running, dice. Suena mejor.
Le pregunto por qué debería correr por la montaña, yo. Todo deportista te dirá que su deporte es lo mejor. Por supuesto. Añade que la montaña le hace sentir muy pequeño, y que cuando corre no piensa en otra cosa que en el aquí y ahora. Me aclara - probablemente para hacerme sentir mejor - que todo el mundo es bueno en algo. Yo corro.
Me confiesa que su sueño es poder compaginar la carrera médica con la deportiva. Yo le miro y no termino de creer que sea posible, pero entonces recuerdo que ya lo está consiguiendo. Con tan sólo 20 años. Y la envidia vuelve, por supuesto. Pero él no depende de un sueldo ni de una estabilidad emocional. Si un día ya no puedo dedicarme profesionalmente, siempre será mi hobby. Nunca dejaré de correr. Termina la frase y me parece una forma muy bonita de ver el vaso medio lleno. Esto destaca, en Jan. Optimismo como marca de la casa.
Hace tiempo que me aturde el hecho de que ahora todo el mundo corre, y aprovecho para hablar de ello con él. ¿Qué está pasando, que ahora mis amigos corren tramos de 10 kilómetros una tranquila tarde de domingo cualquiera? ¿Por qué no paro de ver 'running clubs' en todas partes? ¿Han venido para quedarse, o es que todavía nos quedan secuelas de hiperactividad de un confinamiento brumoso que ya hemos olvidado? Jan lo tiene claro: esto va por largo. Es un deporte barato, adictivo, de horarios flexibles y fácil de practicar. Tiene sentido, por supuesto. Y los running clubs, igual: la gente sale de casa, socializa, hace deporte y desconecta. ¿Qué más quieres?
Me confiesa que su sueño es poder compaginar la carrera médica con la deportiva. Yo le miro y no termino de creer que sea posible, pero entonces recuerdo que ya lo está consiguiendo. Con tan sólo 20 años. Y la envidia vuelve, por supuesto. Pero él no depende de un sueldo ni de una estabilidad emocional. Si un día ya no puedo dedicarme profesionalmente, siempre será mi hobby. Nunca dejaré de correr. Termina la frase y me parece una forma muy bonita de ver el vaso medio lleno. Esto destaca, en Jan. Optimismo como marca de la casa.
Hace tiempo que me aturde el hecho de que ahora todo el mundo corre, y aprovecho para hablar de ello con él. ¿Qué está pasando, que ahora mis amigos corren tramos de 10 kilómetros una tranquila tarde de domingo cualquiera? ¿Por qué no paro de ver 'running clubs' en todas partes? ¿Han venido para quedarse, o es que todavía nos quedan secuelas de hiperactividad de un confinamiento brumoso que ya hemos olvidado? Jan lo tiene claro: esto va por largo. Es un deporte barato, adictivo, de horarios flexibles y fácil de practicar. Tiene sentido, por supuesto. Y los running clubs, igual: la gente sale de casa, socializa, hace deporte y desconecta. ¿Qué más quieres?
Únete a la comunidad de Salssa
Descubre como nuestros pouches te llevarán al siguiente nivel