La historia de Juan Dual: Superar lo imposible
HISTORIAS REALES
Publicado 1 ago 2025
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Por
Ona Canales
La lucha contra un diagnóstico desgarrador
Con 13 años le detectaron un gen tumoral positivo que, mediante la producción de una enfermedad rara denominada poliposis familiar múltiple, desarrolla cáncer en el tubo digestivo con una probabilidad del 99,8%.
Con 19 le extrajeron el colon y el recto y, con 28, el estómago. Y la vesícula biliar.
Perdió el 50% de su peso corporal en 3 meses.
“A la gente le peta la cabeza”, me dice cuando me lo cuenta. A mí también. Es la historia del valenciano Juan Dual, influencer, escritor, conferenciante y deportista a punto de alcanzar la cuarentena.
"No es fácil, pero se puede vivir". Es la respuesta que recibo después de pedirle que me explique cómo es posible no tener estómago. Ni colon. Ni recto. Ni vesícula biliar. Hace más de veinte años que debe ir entre cinco y siete veces al baño cada día. La permanencia del gen tumoral en su cuerpo hace que no pueda predecir - ni esperar - un futuro garantizado y, en cambio, no consigo detectar un solo atisbo de malestar en su expresión. Hablando casi una hora.
Juan Dual
Las tres veces que estuvo al borde de la muerte
Antes de que pueda procesar la magnitud de cada palabra que sale de su boca, me informa de que ha estado a punto de morir tres veces por complicaciones quirúrgicas, y que esto sumado al hecho de haber sido testigo de varias muertes en su familia le ha forjado una percepción vital distinta. Es consciente de verdad de que nadie es inmortal, y sus prioridades están claras: "ya hace mucho tiempo que lo que me pido por Reyes es vivir un año más". Silencio.
Me había preparado muchas preguntas, pero veo que son absolutamente irrelevantes y decido escucharle. "Mediante el deporte recuperé el control de mi existencia", me asegura. “Empecé andando, y de andar pasé a trotar y después a correr. Poco a poco fui aumentando distancias, y así recuperé independencia física y emocional, que me llevaron a tener independencia económica”. Incluso pudo marcharse de casa de sus padres, donde había tenido que volver. Pero la remontada no fue sencilla: “no podía medir más de cinco metros sin pararme a respirar”.
El deporte como su motor de vida
Es precisamente el recuerdo de cómo sufrió en el hospital lo que le hace ser constante en el deporte, “ver que ya no estoy empujando un palo de suero contando baldosas”. Juan corre y hace ciclismo de ultradistancia, y reconoce que no hay nada que iguale la sensación de libertad que experimenta corriendo o pedaleando solo por la montaña. “Te recuerda lo miserable que eres como ser vivo en el universo… y tener esto presente de manera continuada es adictivo”.
No hace mucho decidió compartir su historia en redes después de que sus amigos defendieran que una historia tan potente como la suya no podía quedarse en petit comité. Y cuánta razón tenían, los amigos. Desde entonces, crea contenido sobre la lucha contra el cáncer. "Y hablo abiertamente de la muerte", añade. "Esto se acaba, y cuanto antes nos demos cuenta, antes podremos vivir lo más plenamente posible".
Cuando termina de hablar, me veo con la necesidad de preguntarle si tiene algún lema de vida, alguna frase que defina su forma de afrontar la vida. “Lo llevo tatuado en el brazo”, me confiesa: “No lo pienses”. Cree que en el momento en que empezamos a pensar demasiado las cosas encontramos excusas para no hacerlas, y que hace falta moverse. Estamos donde estamos porque nos hemos movido. Por eso el deporte le da tanto.
Qué persona más inspiradora. Al final, pienso, la cuestión está más en cómo encaramos lo que nos pasa que en lo que nos pasa como tal. Un tópico de manual, sí. Pero por algo será un tópico.
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